miércoles, 9 de diciembre de 2015

Separar la paja del trigo... Sugiero no hacerlo.



¨Separar la paja del trigo…¨ 

Esta frase que todos conocemos me pareció interesante para empezar mi artículo. 
Y en internet encontré la explicación de su significado: 
¨Cuando los seres humanos se afianzaron como agricultores, no tardaron en fabricar herramientas  e ingeniárselas para hacer sus faenas más eficaces. De tal forma, luego de cosechar el trigo y dejar que se seque, se lo sometía a un proceso de zarandeo mediante el cual los granos seguían en el soporte utilizado y las pajas, más livianas y volátiles, eran arrastradas por las corrientes de aire. Terminado el trabajo, los granos quedaban en su lugar desprovistos de la innecesaria paja, para ser molidos en procura de la harina.   Desde entonces, para hacer las cosas bien y no confundir o mezclar elementos de distinta naturaleza, se apeló a esta antiquísima frase.¨


Aprendimos a separar la paja del trigo… y lo hacemos a menudo… en situaciones de diversa índole.

A esa famosa frase (metafóricamente hablando) la voy a derribar… la voy a contradecir… la voy a negar… o, más bien, la voy a transformar…

Estoy leyendo un libro llamado ¨El Final de tu Mundo. Comentarios sobre la naturaleza de la Iluminación¨ de Adyashanti, en el cual explica, entre otras cosas, en qué consiste el despertar de las personas. Dice: ¨Todo el sentido del yo desaparece. Su manera de percibir el mundo cambia repentinamente, y encuentran que no sienten ninguna separación entre ellos y el resto de la existencia¨


Bien. Ahora analicemos lo siguiente: Los seres humanos nos solemos ¨ubicar¨ en un lugar en el que compartimos características de un grupo determinado, ya sea por afinidad o por la aceptación propia del principio de autoridad… Aceptación que más de una vez no tiene ninguna lógica y eso se evidencia en quienes aprueban el 100 % de las acciones o pensamientos de un grupo (político, religioso, deportivo… etc). Y hasta llegamos a combatir con toda ironía o crueldad a quienes están enfrente, pues decimos que son personas que, ¨por supuesto¨ no tienen ni un ápice de razón, por lo que están ¨completamente equivocadas…¨ 

Recordemos que: Si sentimos odio por los del ¨grupo de enfrente¨, el odio queda en nosotros, multiplicado.

No hablaré de política, nunca lo hago en este grupo. Aunque tengo mis ideas medianamente armadas en estos temas, prefiero no debatir aquí a favor o en contra de un partido político determinado.

Iré al grano: En Argentina se realizaron las votaciones. En general se ha visto gente a favor de un lado, y gente contraria… o gente que no era partidaria de ninguno de los dos grupos…


Me pregunto cuántos de nosotros somos capaces de ver ¨al de enfrente¨ como ser humano, sin atacarlo por ser diferente… sin odiarlo por pensar diferente… sin despertar nuestra ira por las características negativas que pudimos evaluar y ¨encontrar…¨

No importa de qué lado estemos… Para el objetivo que tengo hoy al escribir este artículo, da igual. Y sería importante no quedarnos anclados sólo en temas políticos… vayamos más allá… pensemos en todos los ámbitos en los que nos movemos...

¿Acaso somos capaces de empezar a acercarnos a las características de los seres humanos ¨despiertos¨ que no sienten ninguna separación entre ellos y el resto de la existencia? 


Se trata de no sentir odio ni separación con el resto de la existencia…

¿Y si empezáramos a percibir a los demás desde la perspectiva del amor...? 

¿Y si (metafóricamente hablando) ubicáramos a los demás en el lugar de hijos... percibiéndolos con amor de madre/padre...? 
No me refiero a ¨jugar a ser madre/padre...¨ sino a sentir ese amor que ellos pueden dar a un hijo, aún sabiendo que ese hijo no tiene las características que los padres soñaron...

Y no hablo de ¨estar de acuerdo en todo¨ sino de sentir paz y amor.

No hablo de ¨mirar al otro¨sino de aprender a percibir lo que sentimos en nuestro corazón…

No importa ¨quién empezó¨ a plantar las diferencias… o quién es el ¨culpable¨…  No se trata de seguir mirando lo que hizo el ¨otro¨... porque el ¨otro¨ es una parte de nosotros mismos...


Entonces, aquí, sugiero que NO separemos la paja del trigo… 

Si queremos ¨despertar¨ empecemos a cambiar la manera de percibir el mundo, y esto se dará cuando sintamos que no hay ninguna separación entre nosotros y el resto de la existencia.

Aunque haya diferencias en el pensamiento... ¿podemos dejar de lado la separación…?

¿En estos casos, podemos empezar a ¨no separar la paja del trigo¨…?

¿O aún se nos hace imposible…?

Si decimos que queremos ¨despertar¨ empecemos a hacerlo…

¡Namasté!
Stella Maris


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