lunes, 23 de noviembre de 2015

Catástrofes y ladrones...

Las catástrofes y los ladrones... son grandes maestros en nuestro recorrido por la Tierra. Ellos nos enseñan de una manera muy dolorosa el desapego.




Gritamos con ira: ¨¡Eso era MÍO y lo perdí!¨
Preguntamos con dolor: ¨¿Por qué me pasó a mí?¨

No entendemos...
¨¡Yo amaba con toda mi alma a esa persona... y falleció en la catástrofe... si tenía toda la vida por delante! ¿Por qué se fue?¨
Seguimos sin entender...

Continuamos yendo y viniendo por la vida sin aceptar que todo lo que está afuera de nosotros NO hace a nuestra esencia... y que el desapego debemos aprenderlo como sea: de una manera natural (que no es muy frecuente) o de una manera un poco dolorosa, o terriblemente dolorosa...

Podemos amar a alguien. Podemos querer (o necesitar) ciertas cosas materiales. El problema surge cuando estamos tan aferrados a ellos que terminan convirtiéndose en parte de nuestro ser. Obviamente que perder seres queridos o cosas, llevará su momento de duelo, pero si el duelo se hace eternamente insoportable, significa que aún no entendimos cuál es nuestra esencia.


Debemos aprender a vivir sin aferrarnos tanto hacia todo lo que nos rodea... ¿Es difícil? Sí, muy difícil, sobre todo para las personas que más apegadas están.

¿Qué somos en esencia?
¿Por qué nos identificamos tanto con lo exterior a nuestro ser?
¿Por qué miramos para afuera en lugar de ver nuestro interior?


Tenemos que aprender a desprendernos... aprender a dejar ir... 
En realidad decir que ¨dejamos ir¨ o que ¨nos desprendemos¨ sería imposible... 
Pues nada ni nadie nos pertenece... 

Las catástrofes y los ladrones... son grandes maestros en nuestro recorrido por la Tierra.
Si no aprendemos naturalmente el desapego, ellos se encargarán de enseñárnoslo... y será de la manera más dolorosa...
Estemos preparados.


Namasté! Stella Maris


Pulsando en la siguiente imagen, te regalo todas...



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